martes, junio 21, 2005

¡Maldición!

Ahora mismo, en el cuarto de baño, ¡cuna de tantas ideas!, me acaba de asaltar la revelación de que, ahora que soy consciente de algunos oídos concretos que escuchan mi voz… ¿No pervertirá eso mi mensaje? ¿No empezaré a pensarme con más cuidado lo que escribo mientras cacarean en mi mente mis percepciones de las interpretaciones que generaré? ¿No me encontraré escribiendo, incluso sin darme cuenta, una vez más entrampado por mi subconsciente (¿por qué se empeñan en hablarme ahora mis compañeros de trabajo? ¿Quieren desconcentrarme? ¡¡No!, no me interesa ir a al torneo de Wimbledon y salir en la tele!)…

¿No me ocurrirá que me encontraré escribiendo, una vez más entrampado por mi subconsciente, buscando no lo que quiero decir sino lo que me parece que los lectores quieren leer? ¿Y si es así? ¿Por qué? ¿Acaso me asusta la idea de que no me encuentren interesante y se alejen, aburridos o cansados? Sí, me asusta. ¿Qué hay de malo en que me asuste? ¿Pero no quería yo, precisamente, lanzar mi voz, con total libertad para mí y para el que la reciba, para que solo aquel para quien realmente signifique algo se quede a escucharme y hablarme? No quiero corromperme (¡pervertirme!) tan pronto.

No tienes ningún compromiso. No tienes que decir nada. No tienes que quedarte; ni siquiera tienes que despedirte.

No quiero hablar al lector concreto. Puedo hacerlo en los comentarios, en los mensajes; puedo esforzarme en ser simpático y atractivo ahí. ¡Pero no en mis entradas!

¡Dios!, Tú que nunca has hecho nada por mí, ¡ayúdame! Ja, ja, ja…

Al menos me hace feliz ver que las atalayas que erigí en mi ¿paranoia? (¡cómo exagero!) sirven para algo. ¡A las barricadas! Ahí está el enemigo. Tenemos que defender un pedazo de libertad. ¿O tenemos que cargar montaña arriba para conquistarlo?

Calma total. Respiración profunda. No me importa escribir para mis lectores concretos. Es sólo, que si lo hago, quiero hacerlo porque quiera, dueño de mí mismo: no por motivos que se me oculten. Quiero decirlo muy claro para que todos me entiendan:
Quiero ser dueño de mis acciones; quiero ser libre.

Y me voy a repetir porque me da la gana. (¡Buaaaaaaaaaa!; no tengo solución). Un "te amo" es una miseria comparado con un "he decidido amarte". (Sonrisita. No lo digo porque me dé la gana sino porque me parece que aclara el mensaje. ¡Gol!).

Londres (above): 11:55 AM, hora local.

2 Comments:

Blogger Dhaunae said...

Yo creo que todos los blogueros serios se plantean esa cuestión alguna vez. Es difícil mantener la independencia, conservar la libertad inicial, una vez que compruebas que la gente te lee, es más, que te sigue, que espera con ansia tu siguiente entrada.

Tras algunos bandazos, uno puede recuperarse, quizás con no toda la frescura del principio, pero sí con los objetivos más claros, o uno puede decidir cerrar el chiringuito (y, a veces, abrir otro en completo anonimato) a causa de una perversión que considera incorregible.

22 junio, 2005 01:00  
Blogger Fingal said...

Lo que me preocupa es engañarme a mí mismo o, simplemente, no entenderme; hacer cosas sin ni siquiera ser consciente de mis motivaciones. Es como ser una marioneta, no sé muy bien de qué. ¿Del desconocimiento e incomprensión de uno mismo?

La entrada "¿por qué?" es sólo el comienzo de la autorreflexión.

Me gustaba lanzarme a escribir buscando ese estado en que las palabras apenas cruzan el cerebro, dejarme llevar... ¡emotividad al máximo! Me sigue gustando. Pero ahora me pregunto qué valor tiene. Por mucho que el resultado te atraviese el alma y te ponga piel de gallina, ¿no acaba siendo un sentimiento pasajero que igual que viene se va, sin que tus decisiones hayan contado para nada? Bueno, supongo que no hay nada malo en "colocarse" emocionalmente; el problema sería en todo caso las acciones llevadas a cabo en ese estado y el valor que le das a esos sentimientos.

Quizá lo que me estoy planteando es que publicar algo en un blog es algo más que simplemente escribirlo. Aparte del acto de escribir está la intencionalidad de publicar y el ¿qué intento comunicar?

Me incomoda la posibilidad de publicar algo aquí y no saber por qué, que sea simplemente un caprichito del ánimo.

En estos momentos de mi vida, me planteo seriamente psicoanalizarme. No porque crea que tenga ningún problema, ¡ojo!, sino porque creo que podría aprender cosas de mí que desconozco. Eso partiendo de que un psicólogo no es un charlatán al estilo de los adivinadores y demás.

22 junio, 2005 20:30  

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